Me sorprendieron detalles como conocer en profundidad las grandes épocas doradas que tuvo el club en los años cuarenta y sesenta. Me gustó muchísimo el rincón, el «photocall», que parece un vestuario antiguo.
Ver recuerdos de gente que conocí por allí y que me dejó un gran recuerdo y, sobre todo, me emocionó mucho el rincón de José Fillola y Pilarín.
Tengo un gran recuerdo y, de hecho, me encantó volver.
Tuve la oportunidad de saludar a gente que hacía muchísimos años que no veía y la atención por parte de la directiva actual del club, de su coordinador y de toda la gente que me reconoció a pesar del paso de tantos años. Fue magnifico.
Me sentí como en mi casa.